El Dilophosaurus tenía unas dimensiones bastante impactantes. Y es que tenían un largo de nada menos que 7 metros y habrían pesado unos 400 kilogramos. Teniendo en cuenta que se trata de un dinosaurio carnívoro, estas dimensiones son realmente grandes.

El Dilophosaurus además poseía unos dientes largos, afilados y eran abundantes, pues contaba con 12 dientes maxilares y hasta 18 dentarios.

La forma en la que estaban dispuestos los dientes de la mandíbula superior recuerda mucho a la forma de una sierra. Los dientes traseros eran más largos e iban reduciendo progresivamente su tamaño, siendo los de la punta mucho más pequeños que los de atrás.

Los Dilophosaurus eran unos animales veloces propios de su naturaleza carnívora. Para ello, este ejemplar habría tenido unas patas largas y musculosas situadas verticalmente debajo de la pelvis.

También tuvo extremidades superiores, o brazos, pero no los utilizaban para apoyarse. La función principal de sus brazos era despedazar a sus presas con afiladas garras.

La formación de su mandíbula recuerda a la de un cocodrilo, debido a que tiene una muesca justo detrás de la primera fila de dientes, como es el caso de estos animales. Aunque sin duda uno de sus rasgos más distintivos reside en la caja craneal, tuvo una pared lateral superior ausente en otros géneros similares.

Se han comparado ejemplares masculinos con ejemplares femeninos y se ha concluido que con respecto a los sexos no habían apenas diferencias notables.

En términos anatómicos, los machos eran similares a las hembras, no existía ningún tipo de dimorfismo sexual en el género.

La principal característica que nos encontramos en los Dilophosaurus son las crestas redondeadas que poseían en su cráneo. Estas crestas están formadas por las extensiones tanto de los huesos nasales como el de los lagrimales.

Esta cresta habría sido totalmente frágil y no habría tenido ninguna función adicional que la de adornar y con ello probablemente también un papel importante en el cortejo de la reproducción.

Otra de sus peculiaridades es que no habría sido un animal simétrico. Y es que el brazo derecho del Dilophosaurus habría sido mucho más musculoso, grande y robusto que el izquierdo.

Esto parece indicar una “asimetría fluctuante”, es decir, que por diferentes presiones ecológicas, genéticas o patológicas tuviera un “brazo atrofiado”

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